En el curso de una ceremonia constitutiva de La Universidad de Murcia y el ISRP de Paris y por iniciativa de la Organización Internacional de Psicomotricidad y
relajación, en la Sorbona de París, el 13 de julio de 2007, las dos partes han manifestado su intención de
desarrollar una colaboración internacional basada en la igualdad y la ayuda mutua firmando un convenio
marco. Éste prevé de manera precisa la puesta en marcha de formaciones comunes en el ámbito de la
Psicomotricidad y en particular un Máster Internacional en Psicomotricidad.
Cuando las ciencias humanas estaban regidas por el paradigma dicotómico, que entendía al hombre como
resultado de la adicción de dos elementos, cuerpo y espíritu, psique y soma, parecía incuestionable que la
competencia del profesor de educación física, como su propia denominación indicaba, se refirieran,
exclusivamente, a la parte material, al soma, al cuerpo. Muy pronto, en Francia, desde el ámbito de la
Medicina y, más tarde, desde la Psicología, surgirán aportaciones diversas bajo el apelativo genérico de
psicomotricidad.
En efecto, en los albores del siglo XX, precisamente en el campo patológico, el médico francés Ernest Durpé
introduce el término psicomotricidad cuando estudia la debilidad motora en los enfermos mentales. Las ideas
de Dupré en torno a los trastornos psicomotores caen en el terreno fértil de diversos campos de la ciencia
como la psicología genética (Wallon), la psiquiatría infantil (Ajuriaguerra) y la pedagogía (Picq y Vayer, Le
Boulch y Lapierre y Aucouturier), entre otras disciplinas.
Tras la denominación del término psicomotricidad se acogen multitud de concepciones, que muchas veces no
son más que distintas matizaciones teóricas sobre un mismo compromiso central. Como señala Pastor
Pradillo (1994), es muy frecuente encontrarnos con cuerpos de doctrina semejante bajo denominaciones muy
variadas que sustituyen al término de Educación Física por: educación psicomotriz, psicomotricidad
educativa, educación psicomotora, motricidad, educación vivenciada, expresión dinámica, expresión corporal,
educación motriz, motricidad relacional, psicocinética o educación por el movimiento, educación física de
base, etc. Junto a esta renovación se revisan los objetivos, los recursos y, como consecuencia la praxis
pedagógica y los procedimientos de intervención.
Sin embargo todo parece indicar que los nuevos planeamientos con los que se aborda el siglo XXI seinteresan más por una perspectiva holística, global, integral y conductual, llámese motricidad o actividad
física, abandonando las perspectivas analíticas tan útiles hasta ahora.
La Educación Infantil comprende desde el nacimiento hasta que comienza la enseñanza obligatoria. Por lo
tanto, hace referencia al periodo que abarca desde los 0 a los 6 años. Si tenemos en cuenta que el MECD (en
España) -ya desde la LOGSE (1990) y, con redacciones similares, a través de sucesivos textos legales- ha
venido fijando que el objetivo general para la Educación Infantil es estimular el desarrollo de todas las
capacidades, físicas, afectivas, intelectuales, sociales y morales, podremos comprobar que lo que se enseña
y como se enseña a través de la motricidad, en su forma sistemática la psicomotricidad en la Educación
Infantil, contribuye ampliamente a lograr dicho objetivo.