El objetivo principal de la industria cosmética es conseguir productos seguros y eficaces que satisfagan las necesidades de los consumidores. Las normas para la seguridad de los consumidores en la Unión Europea, se rigen por el Reglamento de cosméticos (CE) Nº 1223/2009.
Sin embargo, las responsabilidades de cualquier industria van más allá de los requisitos puramente normativos. Ahora la sociedad espera que las empresas se comporten de una manera responsable y ética. Ese enfoque ya no es opcional más bien es parte del contrato de la industria con la sociedad. La industria cosmética reconoce estas expectativas, y se esfuerza por cumplir con ellos en todas sus actividades. Resultado de ello es el gran énfasis puesto por la industria en asegurar el comportamiento ético y de responsabilidad social, empresarial y ambiental.
Un componente central de la responsabilidad de la industria es su compromiso con el desarrollo sostenible. Para ello es necesario adoptar un enfoque de desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Encontrar el equilibrio correcto entre los aspectos ambientales, sociales y económicos de la empresa es un gran reto que requiere un proceso complejo.
El impacto ambiental de la cosmética y fabricación de cosméticos es cada vez más una consideración clave para las empresas. Hay una unidad continua dentro de la industria hacia las técnicas de fabricación más eficientes, la reducción de residuos y emisiones. Muchas empresas están tomando un papel principal, la implementación de estrategias de prevención de la contaminación del medio ambiente y sistemas de gestión para mejorar el rendimiento.
Los productos cosméticos tienen aspectos sociales importantes. Cada día, 450 millones de europeos utilizan una variedad de productos cosméticos como jabón, champú, acondicionador para el cabello, pasta de dientes, desodorante, crema de afeitar, cuidado de la piel, perfumes, maquillaje, etc. Estos productos no sólo ayudan con la higiene personal, y así contribuir a la mejora de la salud pública; para la mayoría de la gente, el uso de cosméticos mejora su autoestima y confianza en sí mismo, por lo tanto, su bienestar general.
El impacto económico de la industria europea de cosméticos, un sector estratégico con empleos de alto valor, es significativo. Proporciona empleo a unos 1,7 millones de personas y es el mayor exportador mundial de productos cosméticos, por lo tanto contribuyen significativamente al crecimiento económico en Europa. Su buena reputación se basa en la seguridad del producto, la investigación, el desarrollo y la innovación.