La labor del Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía, se desarrolla en el ámbito del Orientalismo, desde la docencia, investigación y divulgación científica hasta la actividad arqueológica. La existencia en nuestro ámbito universitario de un centro de este tipo se justifica por la trayectoria específica del área de Historia Antigua del Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y CC y TT Historiográficas de la Universidad de Murcia, marcada en sus inicios por el Prof. Dr. Antonino González Blanco, ya emérito. Su labor se ve plasmada en el hecho de que profesores como Juan-Carlos Oliva Mompeán, Juan Antonio Belmonte (ambos de la UCLM), Juan-Luis Montero Fenollós (Universidad A Coruña), Gonzalo Matilla Séiquer (UMU) o el investigador del CSIC Juan Pablo Vita Ibarra, fueron alumnos de la Universidad de Murcia y ahora son grandes especialistas en el estudio de la Filología, Historia y Arqueología del Próximo Oriente Antiguo.
El castellano, el gallego, el catalán y el valenciano que se hablan en la península son lenguas romances, como el portugués, el francés, el italiano y el rumano, procedentes todas ellas del latín, lengua perteneciente a la familia itálica, una de las cuatro grandes ramas del tronco lingístico indoeuropeo. Esto convierte su estudio en imprescindible para conocer a fondo muchas de las lenguas habladas en la Unión Europea. Quien ha estudiado latín, estará de acuerdo en que esto le ha permitido conocer más y mejor su propia lengua y le ha sido de gran ayuda para comprender el funcionamiento y memorizar el vocabulario de muchas otras.
Además, por si este hecho no fuera motivo suficiente para acercarse a esta lengua mal llamada muerta, -pues lo que hoy hablamos no es sino la evolución de la lengua del Imperio Romano-, el latín destaca por su gran precisión, su claridad y su elegancia, rasgos que le han convertido en modelo literario de todas las lenguas occidentales y en lengua de cultura, pues literatos y científicos la emplearon durante siglos.