Toda disciplina debe analizar constantemente su aportación a la comunidad a la que sirve. Los enfermeros, en el marco de sus competencias profesionales, están preparados para ofrecer a la comunidad todo el despliegue de una serie de cuidados a la persona desde una perspectiva holística, con el fin de estimular los mecanismos de la homeostasis y de orientar las reacciones del organismo para respetar, ayudar, encauzar y provocar el esfuerzo del ser humano hacia la sanación, la curación, la mejoría y en su caso, la muerte digna.
La utilización de los recursos naturales: agua, sol, alimentos, etc, como instrumento a utilizar en el quehacer enfermero se convierte en todo un potencial de cuidados orientados a la persona y el entorno, desde una concepción holística del ser humano, contribuyendo sobremanera a la prevención y la mejora de la salud de nuestra comunidad. Los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo abarcan una serie de saberes, técnicas, competencias, prácticas y representaciones que las comunidades han creado en su interacción con el medio natural. Estos modos de pensar cada vez más están siendo retomados por muchos usuarios y profesionales y es por ello que apoyar iniciativas de formación y divulgación de la enfermería holística- cuidados holísticos se hace imprescindible, partiendo de un trabajo riguroso, serio y responsable.
En este punto cabe recordar que incluso la OMS (2002, 2005) ha constatado que 54 países han elaborado leyes sobre terapias tradicionales y complementarias, lo que pone de manifiesto la necesidad de avanzar hacia sistemas integradores de salud. Por ello, en 2013, aprobó un documento sobre "Estrategia sobre medicina tradicional. 2014-2023". Y es que el desarrollo de estos cuidados y terapias holísticas y naturales es ya una realidad en el ámbito internacional, tanto desde la perspectiva de la intervención como de la investigación, precisamente porque se desea conseguir resultados de salud y de calidad de vida más satisfactorios, así como proporcionar una mejor respuesta a las necesidades de las personas. Por otra parte, el Real Decreto 1093/2010, de 3 de septiembre, que aprobó el conjunto mínimo de datos de los informes clínicos en el Sistema Nacional de Salud, explicita en su anexo VIII el contexto en el que debe de realizarse la actividad enfermera con lenguaje propio, recogiendo expresamente las clasificaciones de diagnósticos, intervenciones y resultados NANDA, NIC y NOC, entre los cuales aparecen explícitamente varios sobre cuidados holísticos.
En este sentido, cabe señalar el trabajo que desde el Consejo General de Enfermería se está realizando para crear un marco legislativo que regule la aplicación de estas terapias y contribuya a normalizar su aplicación, y el Colegio Oficial de Enfermería de Murcia que posee una Comisión creada para fomentar, informar, asesorar y formar a sus colegiados y a la población en general de este tipo de terapias y cuidados de una forma seria, rigurosa y responsable. Sin duda estas terapias se apoyan en el campo del conocimiento de las biociencias y de las ciencias sociales y humanas (Antropología, Filosofía, Sociología), para ofrecer a las enfermeras una serie de competencias que les permitan afrontar el sufrimiento que provoca la pérdida de salud y, al mismo tiempo, responder a la complejidad del ser humano.