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La filosofía del lenguaje ha sido uno de los aspectos de la filosofía de Aristóteles que más tiempo ha tardado en ser descubierto. En realidad, hemos tenido que esperar hasta el siglo XIX, con el nacimiento de la filosofía del lenguaje, para que la academia comience tímidamente a descubrir que también Aristóteles se preocupó por estas cuestiones. En verdad, no sólo se preocupó, sino que elaboró un sistema complejo y de amplia visión, que se adelantó veintitrés siglos a las teorías del siglo XX. Temas como el triángulo lingüístico de Saussure, la distinción entre significado y referencia, la teoría bimembre de la predicación... son piezas maestras, cuya exposición y desarrollo aún rivalizan en calidad y precisión con los últimos desarrollos de la lingüística y filosofía del lenguaje contemporáneas.
Por otro lado, aunque la teoría semántica de Aristóteles ha sido frecuentemente considerada, aún quedan aspectos que no han sido suficientemente discutidos o, al menos, llevados a la práctica. Así ha sido puesto de relieve en los Congresos internacionales de Lingüística hispánica, donde la doctrina aristotélica «no ha dejado de merecer la atención de muchos filósofos, retóricos y lingüistas» (Circular del IX Congreso, 2023). Y en concreto, el llamado libro diccionario de la Metaphysica ofrece una técnica de elaboración semántica que aún hoy día no ha sido explotada por ninguno de nuestros diccionarios, y cuya consideración podría arrojar aún nueva luz sobre el eterno problema del significado de los términos.
Un estudio de todas estas cuestiones, en lectura directa de las fuentes, puede ser un notable avance en la comprensión del funcionamiento del lenguaje en Aristóteles, puede abrir nuevas perspectivas en los estudios históricos de la lingüística e incluso ser fuente de inspiración para las investigaciones lingüísticas actuales.
